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La escucha es muy importante en la comunicación humana y más en la etapa infantil. Una correcta capacidad auditiva favorece que los niños desarrollen habilidades del habla y el lenguaje a medida que crecen.

Las necesidades médicas de los niños con cáncer son diversas y es importante realizar un chequeo de todos los posibles efectos que puedan tener tras tratamientos agresivos. Hay diversos motivos que causan sordera infantil, desde una afección congénita hasta un deterioro progresivo. Sin embargo, no todo el mundo está familiarizado con los efectos secundarios que pueden tener ciertos tratamientos contra el cáncer infantil.

La pérdida auditiva merma la capacidad de desarrollo en la infancia y puede retrasar las habilidades del habla, así como las habilidades sociales. Resulta muy importante la detección temprana por parte de la familia para que, cuanto antes los niños comiencen a recibir los tratamientos adecuados, antes desarrollen nuevas destrezas para alcanzar su máximo potencial en la comunicación con el entorno.

Entre las consecuencias que para la salud infantil pueden tener los tratamientos contra el cáncer está la hipoacusia o pérdida auditiva.  La gravedad de la hipoacusia dependerá de tres factores principales: la intensidad de la pérdida auditiva, la localización de la lesión y el momento de aparición de la misma. 

Tipos de pérdida de audición

Una pérdida de audición puede ocurrir cuando cualquier parte del oído no está funcionando de la manera habitual. Esto incluye el oído externo, el oído medio y el oído interno.La pérdida de audición que ocurre en el oído externo o medio se llama pérdida auditiva conductiva. Esto significa que la pérdida de audición se debe a un problema en la transmisión del sonido desde el aire al oído interno. A veces, esto sucede cuando las personas tienen infecciones de oído. El fluido «amortigua» el sonido cuando viaja a través del oído medio. 

La pérdida de audición que resulta del daño al oído interno o al nervio auditivo se llama pérdida de audición neurosensorial. Un ejemplo de esto sería el daño a los sensores de las células ciliadas del oído interno debido a la quimioterapia. Aunque las ondas de sonido todavía se mueven a través del fluido del oído interno, ya no pueden ser transformadas en impulsos nerviosos, por lo que el sonido no llega al cerebro. Las células capilares sensoriales que procesan sonidos agudos generalmente se dañan primero, seguido del daño a las células ciliadas sensoriales que procesan sonidos de tono bajo. 

Los síntomas de pérdida de audición se pueden detectar cuando el niño no presta atención a los sonidos de voces o ruidos ambientales, si le cuesta escuchar con ruidos de fondo, siente pitidos o tintineos en el oído o si empieza a tener problemas escolares.

De acuerdo a la intensidad de la pérdida auditiva, las hipoacusias pueden clasificarse en:

  • Ligeras: dificultad para escuchar conversaciones lejanas o en entornos ruidosos, suponen una pérdida de 20-40 decibelios.
  • Medias: dificultad para participar en conversaciones, suponen una pérdida de 40-70 decibelios.
  • Severas: sólo pueden escuchar conversaciones muy altas y a menos de 30 cm, suponen una pérdida de 70-90 decibelios.
  • Profundas: sólo son capaces de escuchar algunos sonidos ambientales muy intensos, pérdida superior a 90 decibelios.

¿Qué tipos de terapia contra el cáncer pueden provocar pérdida auditiva? 

Algunos medicamentos de quimioterapia o de radiación necesarios para el tratamiento del cáncer infantil pueden dañar la audición. Los siguientes tratamientos contra el cáncer pueden causar pérdida de audición:    

  • Quimioterapia del grupo «platino» como cisplatino o altas dosis de carboplatino.
  • Altas dosis de radiació, 30 Gy o 3000 cGy / rads o más alto, a la cabeza o el cerebro, especialmente cuando el haz se dirige hacia el tallo cerebral o el oído.    
  • Cirugía del cerebro, el oído o el nervio auditivo.  
  • Ciertos antibióticos y diuréticos.

Las dosis altas de radiación en el oído o el cerebro pueden causar inflamación o acumulación de cera en el oído externo, problemas con la acumulación de líquido en el oído medio o rigidez del tímpano o huesos del oído medio. Cualquiera de estos problemas puede provocar una pérdida de audición. La radiación también puede dañar las células ciliadas sensoriales en el oído interno, causando pérdida de audición neurosensorial. El daño de la radiación puede afectar uno o ambos oídos, dependiendo del área de tratamiento con radiación. La pérdida auditiva conductiva puede mejorar con el tiempo, pero la pérdida auditiva neurosensorial suele ser permanente. 

La quimioterapia con platino puede causar daño a las células ciliadas sensoriales en el oído interno, lo que resulta en la pérdida de audición neurosensorial. Muy a menudo el efecto es similar en ambos oídos y es permanente. 

Tratamiento de la sordera infantil

Una vez se diagnostica un grado de sordera en el niño, lo óptimo será que se proceda a un tratamiento multidisciplinar, es decir,  en colaboración con el pediatra, otorrino, logopeda y audioprotesista. Así se coordinarán todos los profesionales para estimular eficazmente al niño, con un tratamiento logopédico adecuado y otro audioprotésico, generalmente mediante audífonos.

Gracias a la tecnología se puede ayudar a un niño a aprovechar al máximo su audición residual para comunicarse con el exterior. Las familias que optan por utilizar esta tecnología para sus hijos tienen varias opciones:

Escuchar los sonidos correctamente es muy importante para que los niños se sientan seguros y establezcan un canal de comunicación en el entorno social. Si cree que su hijo puede tener pérdida de audición, solicite una evaluación auditiva tan pronto como sea posible.

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