El deterioro en la audición puede ocasionar falta de equilibrio o vértigos continuados.

 

 ¿Alguna vez ha sentido vértigo o falta de equilibrio? Es una sensación bastante desagradable que genera inseguridad y desconfianza en uno mismo, minando nuestra autoestima.

El equilibrio es fundamental a la hora de caminar, parece que nos mantenemos erguidos y en pie de forma natural porque sí, pero cuando nos falla el equilibrio, nos damos cuenta de que nuestro movimiento al trasladarnos no siempre es erguido y en la dirección deseada.

La pérdida de audición es una condición grave y específica que afecta a gran parte de la vida de una persona, tanto en un nivel psicológico como fisiológico. El oído en sí mismo es un órgano muy complejo que cumple importantes funciones. Tanto el sentido del oído como el sentido del equilibrio se originan en el oído interno. Las funciones intrínsecas de esta región son muy importantes, no solo para la audición sino también para el sentido del equilibrio.

La mejora de la audición favorece al equilibrio en los adultos mayores con pérdida auditiva. Según una nueva investigación de la Universidad de Medicina de Washington en St. Louis. Los pacientes con audífonos en ambos oídos se desempeñaron mejor en las pruebas de equilibrio estándar cuando se encendieron sus audífonos en comparación con cuando estaban apagados.

El pequeño estudio, que aparece en la revista The Laryngoscope, incluyó solo a 14 personas de 65 a 91 años, y es el primero en demostrar que la información de sonido, separada del sistema de equilibrio del oído interno, contribuye a mantener la estabilidad del cuerpo. El estudio apoya la idea de que mejorar la audición a través de audífonos o implantes cocleares puede ayudar a reducir el riesgo de caídas en las personas mayores.

Los participantes parecían estar utilizando la información sonora que venía a través de sus audífonos como puntos de referencia auditivos o puntos de referencia para ayudarse a mantener el equilibrio. Es un poco como usar los ojos para situarse en el espacio. Si apagamos las luces, la gente se balancea más de lo que lo harían si pudieran ver. “Este estudio sugiere que ampliar el espectro auditivo nos da información sobre el entorno y favorece el equilibrio”, señaló el autor principal Timothy E. Hullar, MD, profesor de otorrinolaringología en la Escuela de Medicina.

Todos los participantes sirvieron como sus propios controles, realizando las pruebas de equilibrio con y sin sus audífonos encendidos. Dado que los investigadores estaban interesados ​​en examinar el efecto de la audición, todas las pruebas se realizaron en presencia de una fuente de sonido que produce ruido blanco, similar al sonido que percibimos si escuchamos el ruido que se produce antes de sintonizar una emisora de radio.

En una prueba, los ojos de los sujetos se cubrieron mientras estaban parados con los pies juntos sobre una almohadilla de espuma gruesa. En una segunda tarea, más difícil, los pacientes se pararon en el suelo con un pie delante del otro, del talón a los pies, también sin señales visuales de equilibrio. Los pacientes fueron cronometrados para ver cuánto tiempo podían permanecer en estas posiciones sin mover sus brazos o pies, o requerir la ayuda de otra persona para mantener el equilibrio.

Varios de los participantes pudieron mantener la estabilidad en la almohadilla de espuma durante al menos 30 segundos (lo que se considera normal), así sus audífonos estuvieran encendidos o no. Pero aquellos que tienen más dificultades con el equilibrio en esta prueba se desempeñaron mejor cuando sus audífonos estaban encendidos. Y la mejora en el rendimiento fue aún más evidente en la prueba de equilibrio más desafiante.

«Queríamos ver si podíamos detectar una mejoría incluso en personas a las que les fue muy bien en la prueba de espuma», señaló Hullar. Y ciertamente, observaron que su equilibrio mejoró durante la prueba más dura con sus audífonos puestos.

Para la prueba de la almohadilla de espuma, los pacientes mantuvieron el equilibrio un promedio de 17 segundos con los audífonos apagados. Con los audífonos encendidos, este promedio aumentó a casi 26 segundos. Y en la prueba más difícil de talón a dedo del pie, los pacientes se mantuvieron estables durante un promedio de 5 segundos sin audífonos. Con ellos encendidos, esta vez aumentó a un promedio de 10 segundos. Incluso con el pequeño número de pacientes en el ensayo, ambas diferencias de tiempo fueron estadísticamente significativas.

Según estas investigaciones científicas y dado el hecho de que los ancianos tienen mayores riesgos de caídas, que son la principal causa de lesiones y muerte en personas de avanzada edad, y tienen la mayor incidencia de discapacidad auditiva, lo idóneo sería que se hicieran un chequeo para determinar si un audífono o implante coclear le puede ayudar a mejorar la audición y, por tanto, el equilibrio.

Si tiene síntomas de pérdida de equilibrio, consulte con su otorrino para determinar qué tal está el sistema auditivo y poder descartar algún posible fallo. También puede dirigirse a un centro especializado del audífono como el nuestro para una evaluación completa.

 

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