¿A qué se denomina Ototoxicidad?
Se denomina ototoxicidad a las perturbaciones transitorias o permanentes de la función auditiva y/o vestibular inducidas por sustancias de uso terapéutico, se consideran medicamentos ototóxicos aquellos con capacidad de dañar las estructuras del oído interno o el nervio acústico.
Según la función alterada y la sintomatología que el paciente desarrolle se clasifica la ototoxicidad como: coclear (o auditiva) y vestibular. Y según su evolución en el tiempo la ototoxicidad puede ser aguda (reversible) y crónica (irreversible) teniendo como punto de corte de 2 a 3 semanas tras haber interrumpido el tratamiento; es decir, resultar tóxicos incluso después de suprimida la administración del fármaco.
En general, existe una relación directa entre la dosis administrada y la gravedad de la pérdida auditiva.
¿Hasta qué punto puede abarcar la oxitocina?
La ototoxicidad coclear o auditiva puede abarcar desde una pequeña pérdida auditiva, sólo detectable mediante una audiometría tonal, hasta una sordera total.
La primera manifestación clínica es la presencia de acúfenos, en general, en ambos oídos, de inicio brusco y de gran intensidad, pudiendo evolucionar o no, a una pérdida auditiva.
En su estadio inicial la pérdida auditiva se limita a las frecuencias agudas, no afectando la audición conversacional, en esta fase la lesión auditiva suele ser reversible. En su estadio avanzado la ototoxicidad coclear puede ser permanente o sólo parcialmente reversible. De forma paralela el daño coclear se suele desarrollar la toxicidad vestibular, que se manifiesta con síntomas como vértigo, náuseas, mareos y nistagmos.
¿Cuáles son los factores de riesgo para que un fármaco ototóxico tenga mayor predisposición a producir pérdida auditiva?
Los factores de riesgo para que un fármaco ototóxico tenga mayor predisposición a producir pérdida auditiva son las
- Debido a concentraciones elevadas de fármaco,
- Uso concomitante con otros fármacos ototóxicos,
- Pérdida de audición existente anteriormente,
- Exposición previa a agentes ototóxicos,
- Exposición a ruido,
- Susceptibilidad hereditaria,
- Deshidratación,
- Infecciones óticas,
- Alteraciones de la función renal,
- Alteración de la función hepática,
- Fallo multiorgánico y la edad.
Así pues, existe una respuesta diferente en cuando a las alteraciones ototóxicas del oído. De forma que una persona puede no tener una lesión coclear recibiendo una dosis alta de un fármaco y en tratamiento de largo plazo, mientras que otra persona si puede presentar una pérdida auditiva con menos dosis y tiempo de administración del mismo fármaco.

A continuación, se relaciona la alteración auditiva que producen los fármacos potencialmente ototóxicos:
- Acúfenos: aminofilina, antihistamínicos, cabamazepina, clindamicina, doxicilina, haloperidol, inhibidores de la monoaminooxidasa, levopoda, lidocaína, metronidazol, penicilamina, pentazocina, propranolol, tetraciclinas, verapamilo.
- Pérdida auditiva reversible: ampicilina, cotrimoxazol, polimixina B, rifampicina Acúfenos y pérdida auditiva: antidepresivos tricíclicos.
- Acúfenos, pérdida auditiva y vértigo: guinidina
- Otros fármacos ototóxicos: aminoflucósidos, vancomicina, agentes antitumorales, deferoxamina y eritromicina, minocilina, antimaláricos, antiinflamatorios no esterioides (AINE), diuréticos de asa.
Fármacos ototóxicos
¿Qué son los Aminoglucósidos?
Los aminoglúcosidos son un grupo de medicamentos muy ototóxicos por cualquier via de administración y forma farmacética, siendo su ototoxicidad dependiente de la dosis y, en ocasiones, irreversible.
La selectividad coclear o vestibular de los antibióticos de este grupo es diferente, así mientras la dihidroestreptomicina o la kanamicina son más tóxicas para la cóclea, el sulfato de estreptomicina o la gentamicina lo son más a nivel vestibular.
Ototoxicidad por cisplatino
Dentro del grupo de los fármacos antineoplásicos es el cisplatino el que presenta mayos riesgo de desarrollar efectos ototóxicos, aunque también se han visto relacionados otros derivados del platino como el carboplatino o alcaloides de la vinca como la vincristina. La ototoxicidad del cisplatino tiene un efecto más pronunciado en niños, donde prevalencia puede ser mayor al 60% y con síntomas más severos.
Ototóxicos en embarazadas
El uso de estos fármacos durante el período de gestación puede producir ototoxicidad en el feto. Se han descrito casos de alteraciones audiovestibulares en recién nacidos tratados con estreptomicina durante la gestación. Al parecer la ototoxicidad por estreptomicina no se limita al período de embriogénesis sino que puede ocurrir en cualquier momento del embarazo.

ANTIBIOTICOS |
Aminoglucósidos:
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Polipéptidos:
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Tetraciclinas:
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Otros:
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DIURÉTICOS |
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AINES |
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ANTIINFLAMATORIOS |
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DERIVADOS DE LA QUININA |
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QUIMIOTERÁPICOS |
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ANTIMICÓTICOS |
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ANTIVIRALES |
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ARSENICALES |
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PRODUCTOS QUÍMICOS |
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CORTICOIDES |
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OTROS FÁRMACOS |
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¿Cuál es el tratamiento general de la ototoxicidad y sordera?
Antes de iniciar el tratamiento potencialmente tóxico, se debe de realizar pruebas de audición.
Durante el tratamiento, se deben de hacer controles periódicos de la función auditiva; asimismo, a efectos de una mayor rapidez de realización, se podría utilizar la técnica de otoemisiones acústicas. En general, se acepta que es significativa una pérdida de 10dB en más de tres frecuencias o más de 15dB en una frecuencia.
Pero al margen de la exploración audiológica, es muy importante prestar atención a los síntomas subjetivos del paciente pediátrico.
Cuando aparezcan acúfenos o pérdidas significativas de audición debe interrumpirse el tratamiento y sustituirlo por otro si ello es posible y el estado clínico del paciente lo permite. Cuando al hipoacusia es ya irreversible, el tratamiento inicial es la rehabilitación auditiva mediante audífonos, implante coclear y entrenamiento auditivo.
Conclusiones
Al tratar el tema de la ototoxicidad no debemos creer que se trata de una leve reacción adversa y no alarmante, sino todo lo contrario, debido a que el fármaco puede provocar una pérdida auditiva de grado leve a profunda, llegando a repercutir seriamente en la calidad de vida de la población pediátrica donde no solo puede llegar a provocar sordera sino también, consecuencias anexas como retraso en el lenguaje y desarrollo del niño.
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